Sor Juana Guillén: Perseguida por el demonio, socorrida por Jesucristo

Sor Juana Guillén, siendo niña, se enfrentó al demonio de manera reiterada. Este trataba de perturbarla con ruidos espantosos, visiones aterradoras y la presencia de insectos repulsivos que emergían de manera inexplicable de su devocionario. En una ocasión, muy asustada, acudió a su madre en busca de ayuda diciéndole: “Señora, me quieren dañar”, pero pronto se tranquilizó e impidió que la acompañara a su habitación afirmando con valentía y seguridad: “Madre, déjeme a mí sola con el demonio, que no ha de poder él más que yo, confío en mi Señor Jesucristo que me ayudará y dará fuerzas para vencerle”. A pesar de los intentos del maligno, la pequeña Juana permaneció firme en su fe en Jesús, quien se le apareció en numerosas ocasiones para brindarle su protección divina y consuelo.