Sor Juana Guillén: Un adiós definitivo al mundo exterior


Tras cumplir con las últimas voluntades de su madre, Sor Juana Guillén selló su compromiso final con Dios, despidiéndose para siempre de todo lo material y del mundo exterior. Con el permiso de sus confesores y de la priora, hizo voto de silencio hacia el mundo, restringiendo sus palabras a sus hermanas de convento y a su confesor. Antes de pronunciar dicho voto, recibió a sus amigos y seres queridos para una última despedida, asegurándoles que su próximo encuentro sería “en el cielo” o “en el Valle de Josafat”. Con este acto de renuncia, Sor Juana consolidó su misión espiritual, dejando un testimonio grandioso e inspirador de amor y entrega a Dios y Jesucristo.