Curación milagrosa de dos niños por la intercesión de Sor Juana Guillén
El poder de intercesión de Sor Juana Guillén quedó de manifiesto en la
curación de dos niños gravemente enfermos, testimonios de los favores
celestiales que sus devotos obtienen por parte de la Venerable.
Una niña de cuatro años, Josefa Escalona Sánchez, sufría una serie de
graves padecimientos que incluían visiones terroríficas, parálisis parcial,
convulsiones, ataques de epilepsia y fiebre alta. Durante quince meses, su
condición empeoró hasta el punto de temer por su vida. Ante esta situación,
siguiendo el consejo del P. Gaspar Mancebón, su tía hizo que besara una estampa
de la Venerable mientras la encomendaba en sus oraciones y colocó una reliquia
de Sor Juana Guillén en el pecho de la niña. Esa noche, la pequeña durmió
tranquilamente por primera vez en mucho tiempo y despertó completamente sana.
La niña relató, con todo detalle, que Sor Juana Guillén se le había aparecido, la
abrazó y le dijo: “Hijita, ya estás buena; sé buena e irás al Cielo”.
Unos días más tarde, un milagro similar ocurrió con el niño Sebastián
Villarroya Martínez, de menos de un año, que sufría terribles ataques de
epilepsia desde su nacimiento. Sin solución por parte
del médico y el cirujano, sus padres, desesperados, se habían resignado a que
el Señor se lo llevase. Al conocer la historia de Josefa, sus padres lo
encomendaron a Sor Juana Guillén con fervientes promesas y ofreciendo una Misa
de acción de gracias si el niño curaba. Poco después, el pequeño sanó de manera
repentina y completa. Este hecho quedó registrado bajo juramento por parte de varios
testigos, así como de los padres y médicos que lo habían tratado.