Curación de Fray Pedro Gilabert por intercesión de Sor Juana Guillén
Fray Pedro Gilabert, agustino de Orihuela, padeció durante cinco años una grave enfermedad que le cubrió el cuerpo de profundas llagas supurantes y dolorosas. El 10 de abril de 1816, en plena noche y sin consuelo por el dolor, se encomendó con fervor a Sor Juana Guillén, de quien guardaba una estampa. Tocó sus heridas con ella y se durmió. A la mañana siguiente, al descubrirle las vendas, las llagas estaban secas, cerradas y limpias, quedando solo las cicatrices. Volvió a caminar, vistió calzas y zapatos nuevos, y ofreció dos piernas de cera y un retrato en gratitud a la Venerable.