La premonición de Sor Juana Guillén
En un tiempo
de gran escasez en Orihuela, Sor Jerónima Francés, Priora del convento, se vio
sin recursos para alimentar a su comunidad. Oró con fe y buscó consuelo en Sor
Juana Guillén, quien, con total certeza, le aconsejó repartir el poco pan que
quedaba y confiar en la ayuda de Dios. El pan, contra todo pronóstico, alcanzó
y sobró. Aunque las fuentes de la época no son del todo explícitas, dejan
entrever que pudo ocurrir un milagro de multiplicación de los panes, pues era
imposible que con tan poco se pudiese alimentar a toda la comunidad.
Pero eso no
fue todo, pues aquella misma noche, mientras dormía, una voz guio a Sor
Jerónima hasta un arca, donde halló en su fondo ocho reales, con los que se
resolvió la gran necesidad en que se encontraban.
Estos hechos
fueron considerados como un milagro, fruto de la fe y de la certeza profética
de Sor Juana Guillén.
